Crónica Geopolítica – Gaza, genocidio conjunto: Israel y Estados Unidos
Oswaldo GARCÍA CRIOLLO
No son pocos, son ya más de 62 mil palestinos, la mitad mujeres y niños, asesinados por las fuerzas israelíes armadas y apoyadas por EU mediante bombardeos a poblaciones civiles indefensas. El colmo es que los intentos de ayuda humanitaria a los pobladores de esa zona palestina han servido para masacrarlos impunemente. Han ido a puestos para conseguir alimentos y en ese momento han sido acribillados sin piedad. (Por cierto, se habla de 250 periodistas muertos en esa zona). Sin embargo, se dice que luego de la operación de bombardeo aéreo, al entrar las tropas israelíes de tierra están siendo atacados y asediados por guerrilleros de Hamas. Hay informes de pérdidas humanas y en armamento del ejército de Israel y de la pérdida de apoyo popular del régimen de Benjamín Netanyahu, cabeza de una coalición parlamentaria de extrema derecha.
Según versiones de expertos el propósito oculto del gobierno israelí es apoderarse de la zona de Gaza, expulsar a toda la población palestina y para colmo de sus ambiciones territoriales, hacer un desarrollo urbano inmobiliario de grandes dimensiones, negocio que quiere encabezar el yerno de Trump, Jared Kushner. Los palestinos expulsados por la fuerza tendrían que refugiarse en otro país para lo que ya les buscan opciones. Subyace además como trasfondo el factor religioso tan fuerte en la mentalidad y conducta de los judíos, el logro del proyecto de creación del GRAN ISRAEL, un territorio que iría del rio Nilo al rio Éufrates, en una expansión sin precedentes por las consecuencias geopolíticas que implica. Lo paradigmático de esta meta es el apoyo incondicional de las élites políticas y financieras de EU que lo entienden como una cruzada propia, a la que deben apoyar sin condiciones. Aunque EU hace un juego mediático perverso para minimizar su brutal complicidad, así lo dice el experto Chas Freeman.
Todos sabemos el origen ilegal y sangriento del estado de Israel a fines de la segunda guerra mundial, sostenido por el concepto ideológico-religioso del SIONISMO. Fue la corona inglesa la promotora de ese nuevo estado, justificada en principio como el regreso del pueblo judío para tener un territorio propio. El fin de la dominación colonial del Reino Unido en Palestina dejó esa herencia que ha sido un conflicto permanente por la forma en que se formó el nuevo estado a sangre y fuego. En el colmo de su soberbia, Israel se ha negado a la convivencia con un estado palestino, al que no reconoce a pesar de las determinaciones de la ONU. Además, Israel se ha negado a acatar otras 150 resoluciones, en un abuso de su poderío militar sostenido por EU con dinero, armas e información de inteligencia. La complicidad es real y evidente.
Da qué pensar el silencio de las comunidades judías en el mundo tan cultas y progresistas, que guardan ominosa complicidad. Pocas voces, aunque algunas destacadas como el economista Jeffrey Sachs entre pocos, se han rebelado a esa conducta casi fascista de Netanyahu que encabeza un régimen genocida, calificado así por la ONU. Por cierto, se dice que la incursión de Hamas en su territorio fue una provocación encubierta como una falla de seguridad fronteriza, para tener la excusa del ataque a Gaza y al mismo tiempo detonar el conflicto militar de EU con Irán, bajo el pretexto de impedir que tengan una bomba atómica en su arsenal.
Al margen de la conducta irregular del gobernante israelí Netanyahu (MILEIKOWSKI, su verdadero apellido) con graves acusaciones de corrupción y de su posible huida hacia adelante para salvar su posición de liderazgo, en esta tragedia que ya dura más de 70 años subyace el fuerte contenido religioso de las decisiones y acciones del gobierno de Israel. En esto coincide con las élites protestantes sionistas de EU en una alianza en la que se entrelazan la doctrina del DESTINO MANIFIESTO de EU y el concepto bíblico de PUEBLO ELEGIDO de Israel. Algunos israelitas dicen que los palestinos son subhumanos y no les reconocen derechos.
En el juicio político e histórico de la conducta del estado de Israel no puede haber medias tintas. La OLP, Hamas y Hezbolá, organizaciones guerrilleras que lo combaten han sido tachadas de bandas terroristas, algo que moralmente tergiversa el sentido de su lucha para recuperar la soberanía de Palestina. Esto alcanza otra dimensión cuando el terrorismo fue iniciado en esa zona después de la Segunda Guerra Mundial por los propios israelitas para tomar por la fuerza ese territorio. Se debe recordar como acto estelar el ataque terrorista encabezado por Menajem Beguin, después primer ministro del nuevo estado, en el Hotel Rey David en Jerusalén, en el que murieron casi un centenar de ingleses de las fuerzas de ocupación, junto a algunos árabes y judíos. También la matanza en 1948 de 250 palestinos en Al Tantura. No puede esgrimirse más la bandera del ANTISEMITISMO como arma para nulificar la crítica hacia el régimen israelita. Gaza es un gueto, un campo de concentración y limpieza étnica como paradoja malévola. Por cierto, la mayoría del pueblo judío es ahora de procedencia jázara, o sea judíos NO SEMITAS. Y quizá lo más trágico y demoledor, pierde también sentido la constante mención del HOLOCAUSTO. Una consecuencia inicial es que civiles israelitas han huido de la guerra a Chipre y empezado a comprar tierras, lo mismo sucede en la Patagonia argentina.
Este genocidio de Gaza es muy peligroso porque expertos lo ven de alto riesgo para la propia existencia del estado israelita. Esta guerra en curso mal llamada de los 12 días porque sigue, es ya un conflicto regional que amenaza la seguridad mundial. México mantiene una conducta cautelosa y miedosa sin condenar la barbarie en Gaza. Pero EU e ISRAEL tienen mucho que perder en este juego pernicioso de dominio y crueldad. La batalla informativa, legal y moral la han perdido. Pero no olvidemos que también hay negocio, mucho dinero de por medio, el entrelazamiento de los complejos militares de EU e Israel, los verdaderos ganadores.
Epílogo, ante la inacción de sus gobiernos, varias embarcaciones civiles salen de puertos europeos llevando ayuda a Gaza.